Wednesday, September 28, 2011

Chasin´ the porkchop


Mi situación laboral en la actualidad no es la más pujante que digamos, hagamos un recuento: Desde octubre del año pasado en que fui corrido de Epicor Software México por oscuras decisiones de más arriba o del más allá (a estas alturas del partido no sé cual fue la verdadera razón), conseguí entrar a un proyecto con la agencia saltillense Grupo W en la cual administraría dos páginas de Facebook además de introducirme (tardíamente) en el universo de twitter y darme una empapada en foursquare, el cual se me hace una verdadera pendejada viendo nuestra pésima situación actual de seguridad.

Este proyecto requería estar conectado 7/24 al internet para lo cual se me proveyó de una computadora (yo conseguí la conexión por mi lado) y estuve así desde principios de noviembre hasta mediados de marzo ideando, escribiendo y reportando cualquier bombardeo de "spam" de origen asiático sobre todo (pinches chinos) a las dos páginas de facebook. En esos días no salía de la casa que había rentado casi frente a Wal-Mart La Fé y cuando salía (cada día de San Juan), parecía un zombie en bata, pijama y "crocs" que iba al Super 7, al OXXO, Wal-Mart o Soriana para comprar algo de comer o reprovisionarse de viandas, muchos de mis amigos me preguntaban que cuando nos veíamos a lo cual solo respondía "no puedo, estoy protegiendo los dos sitios de "spam" chino", a lo cual sólo asentían la cabeza y rezaban porque mi salud mental no estuviera dañada irremisiblemente. Ah, y también salía para dar clases de de inglés a una compañía allá por Cd. Guadalupe, cerca del aeropuerto de nombre Grainger.

A pesar de tener nula vida social y de haber pasado por una crísis personal (de la cual algún día hablaré), estos dos trabajos blindaron mi cordura, al extremo de que pasé el año nuevo 2011 conectado al internet pero sin resentir alguna falta de interactuar con otros seres humanos. Alguna vez había pensado que era patético trabajar en año nuevo pero ese día me demostró que no era así sino que era un día como cualquier otro. Económicamente no me iba nada mal, ya que en la agencia me pagaban muy buen dinero MÁS el extra de las clases de inglés. Sin temor a equivocarme, esa época ha sido de las más despreocupadas en mi vida profesional: Trabajaba en casa y me pagaban bien, todo estaba bien en la humanidad. Aproveche esa temporal jauja para liquidar mi deuda con la tarjeta de crédito, la cual llevaba arrastrando desde hacía años.

Pero la vida me deparaba nuevas pruebas, pero de estas les contaré en un próximo apartado...

(Continuará)

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